martes, 26 de abril de 2011
Qué valor tienes al hablarme mientras juegas a dos bandas...
Ayer. Fue ayer cuando me di cuenta de que la carne es débil, de que me podías haber sido infiel con otro chico. Y, sí, lo reconozco, "te tendí una trampa" pero, en este caso, el fin justifica los medios. No me derrumbé cuando estaba pasando y mis lágrimas caían por mis mejillas como agua sin rumbo; me derrumbé cuando supe que no sabía qué era lo que sentías por mí.
Pensaba que dirías que no, podías haberte lucido, podías haberme ganado con unas simples palabras, pero en cambio pronunciaste un "tengo ganas de conocer a gente interesante". Y, ante mi asombro, con los nervios que no me dejaban ni siquiera respirar, te preguntaron si querías quedar y contestaste que "cuándo y dónde". No sabría describir lo que sentí en ese momento, quizá rabia, quizá mi vida se derrumbó, quizá mi vida quedó pisoteada cuan mala hierba.
Nunca pensé que me pasaría esto, que amaría a una persona que me hiciese sufrir como lo estoy haciendo en estos momentos. Y, aun así, Javi se traga su orgullo, porque es un gilipollas, pero no un gilipollas cualquiera, sino uno enamorado que sufre por una persona que no le dice TE QUIERO, quién sabe por qué. A tiempo estás de arreglar las cosas, reconozco mis errores, mis celos, mis fallos y mis defectos; los intento remediar porque yo si que te digo que te quiero porque lo siento, es hora de que sepas lo que quieres conmigo y de que tú también reconozcas los tuyos.
Solo te diré que lo que tú me has dado no me lo ha dado nadie, que das sentido a aquello que no lo tiene, que sin ti no soy feliz, que está en tu mano arreglarlo y que, por mi parte, ya te he dicho todo con esto: TE QUIERO.
Fdo. un gilipollas enamorado. "No hay lágrimas que me ayuden a olvidar el recuerdo de nuestras miradas"
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